LUCHA DE SEXOS Y SESOS.
-Las mujeres nos enfrentamos a serios retos, y aunque parezca increíble uno
de los desafíos más penosos de los que
nos tenemos que defender es el de nuestro mismo género. Son ya consabidas las trabas que nos ponía el
mundo de los hombres, puesto que eran
muy exclusivistas, y todavía hoy les cuesta
aceptar que la mujer irrumpa en lo que ellos creían hasta no hace mucho
que era su coto privado.
-De la jactancia de algunos hombres que suponen que sólo ellos son capaces de hacer un
determinado trabajo ya no nos escandalizamos; por esa razón, las mujeres vamos
buscando instrumentos y leyes que nos defiendan, y nos otorguen nuestros
derechos. Queda mucho camino por recorrer, estamos en ello y algún día
llegaremos a la meta, claro que para ello no debemos de desistir en el empeño.
-Pero no sólo nos topamos con el machismo masculino, también nos encontramos
con el machismo femenino. Nadie habla sobre esto, pero ahí está con las uñas
afiladas; no son un sector mayoritario, pero puede ser muy dañino según en
donde se encuentre instalado.
-COMENCEMOS POR EL HOGAR: Una madre que sigue
enseñando de forma diferente a los hijos y a las hijas en el campo de la responsabilidad de las
tareas del hogar, en el social y laboral, en el de los sentimientos, en el respeto al otro
sexo, estas madres actúan de manera muy
machista. Es un gran problema para la sociedad,
para sus hijos, y aún mucho más para el resto de las mujeres.
-Una mujer que cuando llega a un puesto de responsabilidad, bien sea político,
académico o empresarial, y abandona su gran potencial femenino para copiar las
actitudes masculinas puede volverse tan dura en sus actos como los hombres. No
es malo que una mujer aprenda de los hombres lo positivo que ellos tienen, como
tampoco estaría de más que ellos aprendiesen de la mujer sus cualidades.
-El problema es que ellos no ven nada positivo que aprender de la mujer ya
que según su entender, el género femenino es endeble, con falta de capacidad
para defender una labor importante.
-La mujer sí debe aprender de la
eficacia masculina, porque ellos sí que saben cómo trabajar y producir con
responsabilidad.
-Bueno sería que los unos y las otras aprendiesen lo positivo de ambos. Claro
que si en sus familias les enseñasen, no sería menester que nos fuésemos dando lecciones.
-Tristemente podemos comprobar cómo hay mujeres que cuando llegan a un determinado
puesto se vuelven tan machistas como sus
propios compañeros. El tener que competir con ellos, el deseo de demostrar que
son iguales, las lleva a olvidarse de sí mismas y se convierten algo así como mutantes. Sin
embargo está comprobado que la mujer que se guía por sus convicciones femeninas
suele ser muy buena empresaria o lleva
hacia adelante, con muy buen criterio, su trabajo en cualquier campo.
-También tenemos aquellas que se convierten en una réplica de sus esposos o
padres. Aceptan sus tiranías y tratan de quedar bien con ellos, así que no les discuten
nada. Estas, terminan imponiendo a las demás los criterios de los hombres de la
casa, por lo tanto, juzgan de la misma manera que ellos al resto de las
mujeres. Si ellos entienden que las mujeres no son capaces de valerse por sí
mismas, que no son capaces de hacer algo sin que sea guiada por su marido,
ellas terminan criticando e incluso poniendo en duda la valía de otra mujer.
-Todavía en la sociedad hay quienes siguen pensando que la mujer es el “sexo débil”, incluso algunas se muestran como tal;
esas son las que se han criado en un mundo superfluo, que siguen sintiéndose
damiselas encantadoras que se turban a la primera de cambio. Creo que de estas
ya quedan pocas, pero “haberlas, hailas”. Por cierto, para los hombres son más fáciles de manejar, ya que no les suelen
dar mucha lata. A estas mujeres les es suficiente tener la chequera repleta, y el
pensar les es muy enojoso. Creo que, hoy por hoy, este estilo de mujer ya está
caduco, pero lamentablemente, aún quedan
retazos de aquella educación donde la “mujer florero” resultaba
muy manejable para el varón. Lo triste es que estas mujeres cuando se
topan con la cruda realidad les suponen unos traumas tan grandes, que les es
mucho más difícil salir del atolladero que a aquellas que han vivido inmersas
en el mundo real.
-Y no olvidemos las sacrificadas esposas y madres que además de ser
criada para todo, no tenían vida propia ya que toda su existencia estaba
dedicada a cuidar de su familia, incluidos sus mayores, sin derecho ni a poder
quejarse ya que esa era la labor que les estaba y sigue estando asignada desde
el momento de su nacimiento. Estas mujeres aún siguen ahí en la lucha, y con la
penosa experiencia de que nadie les agradece su trabajo, ya que se da por hecho
que es su deber, y por lo tanto, nada tienen que reclamar. Incluso sus hijas no
son capaces de ver en sus madres una persona con derechos, sólo son madres o abuelas
que cumplen con las obligaciones que les
imponen.
-Pero
se ha de reconocer
que algunos hombres van descubriendo que las mujeres no son precisamente tan débiles como decían, y se van concienciando de
que la fortaleza de la mujer, en ocasiones, es superior a la de ellos con
mucho, claro, eso sí, si no la comparan con la fuerza bruta. Pero no todos lo entienden así. Se puede decir que son
muchos los que aún rechazan que una
mujer pueda defender un puesto lo mismo que ellos, o más bien les conviene
parecer que se lo creen así, pues de esta manera en el hogar y en las empresas
las marginan en el trato y
económicamente. Así es que tendremos que seguir trabajando duramente, sin decaer.
-Mientras tanto, seremos
juzgadas como el sexo débil, a pesar de
demostrar a lo largo de la vida que eso no fue más que un eufemismo, como
muchos otros, que recayeron sobre la mujer con el afán de discriminarla. Desde
siempre, y por poner un ejemplo, ya en la antigüedad, el mismo Aristóteles -uno de los grandes pensadores de la
historia- decía, que a la mujer le
faltaba algo, que era un hombre incompleto. Y por desgracia, estas ideas
pasaron al cristianismo, y tampoco se libran el resto de las religiones.
-Por ejemplo es sabido como
Pablo de Tarso, es decir San Pablo que fue el apóstol más influyo en el antiguo cristianismo, dado a que reunía
en sus raíces dos culturas, la judía y la helénica. Por tanto de de ahí la idea
que tenía sobre la mujer. Mientras Jesús, liberó a la mujer de la carga de la
cultura judía que era muy represora sobre ellas, es decir, lo que hoy diríamos,
muy machistas, no olvidemos que para los judíos
el valor de una mujer se medía por la dote familiar, tantos camellos o
burros, tanto valía.
-La mujer era una parte más de
la hacienda familiar. Mientras que Jesús le dio a la mujer, el mismo valor que
al hombre, Pablo llegó con su cultura
judío- helénica y decía cosas como estas:
-La mujer
aprenda en silencio con toda la sujeción, porque no permito a la mujer enseñar,
ni ejercer dominio sobre el hombre; sino estar en silencio.
-No se quedó en esto, sino
que aporto muchas más ideas muy peregrinas, todas contra la libertad de la
mujer.
-Luego llegaron los
llamados padres de la iglesia y entre otras lindezas que han marcado mucho la
historia nos dejó San Agustín esta frase que tanto daño hizo a las mujeres:
-Aun para traer hijos al
mundo la mujer no se priva del pecado.
-Y nadie se lo discutió.
Mientras se decía que teníamos que criar hijos para el cielo, que debíamos
cumplir con el débito matrimonial. Se nos condenaba por falta de pureza y no
ser como la Virgen María.
-Y digo yo: ¿Según nos han
contado, ella no jugaba con ventaja? Pues que sepamos la única manera que
tenemos para concebir es la que es.
-Todo un concilio se dedicó
a discutir si la mujer tenía alma e inteligencia. Esto influyo mucho en nuestra cultura y llegó
hasta nuestros tiempos, de ahí nuestros problemas.
-Es una lástima que Pablo no
coincidiese con Platón que para él la mujer era tan persona como los hombres.
Me pregunto: porque la postura de Aristóteles hizo más meya que la de
Platón?
-En Grecia nació la
democracia, pero para los hombres, las mujeres no contaban ya que eran
ciudadanas de segunda o tercera. Y así lo debieron entender los políticos ya
que no olvidemos, que por causa de esa nefasta cultura durante años se negó
el voto a las mujeres y eran tomadas por
menores de edad, dignidad y gobierno.
¿No era esa la frase que corría de voz en voz incluso entre
las mismas mujeres?
-La historia está ahí y es irrefutable. Sería largo, muy largo de narrar,
todos los datos históricos desde los griegos hasta aquí, por lo que ha pasado
la marginación de la mujer dentro del hogar, en el mundo religioso, y en la sociedad que lo abarca todo, y también en
lo político. No debiéramos echar en el olvido que en
el año 1908, en Nueva York, las trabajadoras de grandes fábricas se declararon
en huelga para exigir mejoras laborales, aumento de salarios y el fin del
trabajo infantil y el resultado fue la muerte de 129 mujeres, quemadas en la
fábrica Cotton Textil Factory por los propios dueños de la misma.
-Ya anteriormente las mujeres de las fábricas se
habían manifestado, y por lo tanto se
les reprimía policialmente y políticamente, pero ese día fue tan terrible que
se escogió para conmemora el día de la mujer trabajadora, es decir de todas las
mujeres ya que la mayoría fuera o dentro del hogar trabajan algunas a doble
jornada.
-Nos encontramos con mujeres
desde hace muchos años, que fueron unas grandes feministas, aunque por entonces
no se hablaba de feminismo, pero ellas sí que se defendían de la tiranía
masculina.
-Recordemos a Sor Juana Inés de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, que fueron
mujeres muy inteligentes y no se dejaban manipular por el patriarcado. Claro
que también se ha de decir que eran mujeres muy especiales, en inteligencia,
preparación académica, e incluso tenían
la suerte de pertenecer a familias acomodadas, aunque en el caso de la monja
mexicana era como se decía “una bastarda”, pero una bastarda de alta alcurnia que
vivía en la corte junto a un abuelo muy talentoso y rico. Ambas se rebelaban
con gran agudeza y valentía contra la opresión masculina.
Son muy
aclarativas estas famosas redondillas de
cómo se las gastaba Sor Juana Inés de la Cruz:
“Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal.
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal.
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a la otra por fácil culpáis”.
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a la otra por fácil culpáis”.
De Sor Juana Inés de la Cruz
-Sin embargo, a pesar de tantas luchas, algunas mujeres siguen comportándose
como aquellas que seguían las pautas que sus maridos les imponían sin ponerlas en tela de juicio. En muchas ocasiones no se
sentían a gusto con el papel que les otorgaban, pero su deber era el obedecer
sin rechistar. Esto les llevaba a vivir con tremendas frustraciones que solían
descargar con las gentes que tenían a su servicio, con las hijas, nueras, amigas… Al final eran una réplica de sus
maridos. Para tenerlos contentos se convertían en unas disciplinadas vasallas
de los patriarcas familiares.
-Parece que quedan reminiscencias de aquellos tiempos en algunas mujeres. Es
triste decirlo, pero más aún vivirlo, sufrirlo. Se quejan de los malos momentos
que vivieron, incluso de sus jefas y jefes, de sus maridos, sin darse cuenta de
que están reproduciendo los mismos comportamientos con aquellas mujeres que
ellas consideran que no son capaces por sí mismas de hacer aquello que quizás
ellas no sean capaces de hacer, o simplemente que temen que les hagan sombra.
Aquí se entrecruza clara y
llanamente la envidia.
-Ejemplo: es de todos sabido que una mujer,
hace años, no podía publicar un libro con su nombre. No podía porque no se lo
publicaban, de manera que si quería que saliese a la luz, tenían que hacerlo
con seudónimo. Se escondía tras un nombre ficticio, y ese nombre solía ser de hombre.
Ahí tenemos a la famosa escritora Cecilia Böhl
de Faber y Larrea que firmaba como -FERNAN CABALLERO-
-Otras se escondían tras sus maridos para poder sacar a la luz sus
obras. CATERINA
ALBERT (1869-1966) descubrió la crueldad del mundo editorial desde su
entrada en él en 1898 con el monólogo “La infanticida”. El texto alarmó
a todos por el tema que trató, pero sobre todo porque era una mujer la que lo
firmaba. Caterina Albert recurriría desde ese momento al seudónimo VÍCTOR CATALÁ, personaje de una de sus obras. Quiso así apaciguar la polémica
sobre su literatura, cuyo principal pecado estribaba en su extrema dureza, algo
inconcebible e imperdonable para una mujer.
-La
novelista francesa COLETTE (1873-1954) conoció de primera mano esta usurpación. Su
marido no tuvo escrúpulo alguno a la hora de animarla a escribir sus primeras
obras, la serie Claudine (1900-1903),
para luego firmarla él.
(Datos sacados
de la historia –LA VIDA ESCRITA POR MUJERES- de Círculo de lectores)
-Ahora ya no hace
falta que una mujer se tenga que camuflar entre el gran vergel caballeresco.
Por sí solas pueden publicar con su nombre propio. Pero es ahora cuando nos
topamos con lo inesperado.
Tras la publicación
de un libro escrito por una mujer, que su oficio, según rezaba hasta no hace
mucho en su documento de identidad, era
el de -SUS LABORES, hoy AMA DE CASA,- pues bien, se desató un serio interrogante
entre algunas féminas que la conocían, o más bien, creían conocer a la autora: ¿Este libro lo has escrito tu sola? ¿No te
ayudó tu marido o tus hijos? le preguntaban. Otras, afirmaban que aquel libro
no lo había escrito ella, que se lo había escrito su marido. Triste, pero este comportamiento es el
de algunas mujeres que no son capaces de valorar la labor de la mujer.
-Pasado un tiempo la misma autora publicó otros libros, y las dudas volvieron
a recaer sobre su autoría. Siempre las dudas provenían del género femenino,
ningún hombre que se sepa lo puso en duda.
Algunas mujeres
llegaron a ponerse en evidencia al dudar de que otra pueda tener
suficiente vocabulario como para
escribir por sí sola un obra con un
léxico tan rico- según dejan entrever en sus comentarios-. Según parece, cuando la autora de dichos libros habla con
sus amigas, no luce tan rico vocabulario.
-Quizás algunas personas piensan que alguien debe de hablar como escribe, que
tiene que demostrar en sus conversaciones todo su vocabulario, algo así como si
estuviese hablando con un diccionario en la mano.
¿No resultaría un
tanto pedante si un escritor se expresase verbalmente como escribe?
-Estas críticas tan poco constructivas nos llevan a poner en duda, no a la
persona que escribe, sino la inteligencia de algunas osadas que no son capaces
de reconocer que una persona de su mismo
género pueda hacer algo más que dedicarse al mero cotilleo y que por sí sola
pueda hacer lo que hasta no hace mucho
tiempo estaba vedado a la mujer. Por otro lado nos podemos preguntar: ¿No se
esconden detrás de estos comentarios residuos machistas?
-Como
podemos ver, la lucha de la mujer no es sólo para
defenderse de determinados hombres sino que también tienen que esquivar las
zancadillas de algunas de sus congéneres.
-También es conocido cómo les hacen la
vida imposible a algunas mujeres en cualquier empresa cuando tratan de
prosperar en su puesto. Si bien lo tienen difícil entre sus compañeros, no es
menos cierto que sus compañeras no suelen servirles de mucha ayuda. No trato de generalizar, pero ¿Quién no
conoce esta clase de situaciones? ¿Quién no las ha vivido en sus propias
carnes? Cuanto más alto es el cargo, mayores son las zancadillas. Al final, luchando contra la rivalidad, logran
salir adelante, pero el triunfo en ocasiones les sale caro ya que dejan por el
camino no sólo mucho trabajo, sino también su salud, y algunas hasta sus
parejas ya que todavía hay hombres que no aceptan que sus esposas ocupen altos
cargos, sobre todo si le va a superar a él.
-Por otro lado, creo que todas hemos podido ser testigos presenciales o escuchar en los medios de comunicación cómo
las mujeres que están ubicadas en el mundo intelectual o con altos cargos en la
sociedad, cuando hablan del mundo de la mujer, se les llena la boca de
grandezas a la hora de hacer comparaciones. Para ellas sólo existe una clase
social, y el mundo de la gran mayoría de las mujeres no existe. Cuando reclaman
un mundo mejor para la mujer, sólo salen a la palestra las intelectuales, las académicas,
las científicas,… nunca se les oye reclamar unas dignas pautas de comportamiento o
derechos sociales para el resto de las mujeres. No he de negar que hay excepciones, pues también algunas se
comprometen con las más desprotegidas. Pero siguen quedando en las fronteras de
las instaladas entre las altas esferas y en los extremos más penosos. La gran
labor de quienes -por decirlo de alguna manera- están en el medio, no es tenida en cuenta. Si estas reciben algún apoyo, no es precisamente de las
mujeres que se encuentran entre el sector de las consideradas intelectuales,
salvo que sea para servirles o sacar
algún beneficio de ellas.
-Supongo que será porque, en el caso de las empresarias, si lo hacen así,
tirarían piedras sobre su propio tejado. En el caso de las intelectuales
presumo que sea por olvido, eso digo, por olvido, ya que prefieren divagar
sobre las diosas del Olimpo que bajarse
a la realidad cotidiana.
-Si bien es cierto lo importante que es la cultura, el conocer la historia
incluso desde la prehistoria, pasando por las divinidades griegas y romanas y todas
las religiones paganas, y conocer la historia literaria y sus autoras hasta
nuestros días, creo que no es menos importante que se hable de la historia de
las muchas mujeres que dejaron su piel y su vida a lo largo de los tiempos por
construir un mundo mejor, aunque estas no fuesen grandes personajes y hubiesen
sido mujeres sencillas, pues al fin y al cabo
la mayoría de las mujeres eran y son mujeres sin grandes estudios, pero
sí con gran inteligencia y capacidad de
trabajo y responsabilidad para construir mejores condiciones de vida para
todos.
-Veamos a nuestras antepasadas, abuelas, madres,… cómo a pesar de los tiempos
de guerras, de tremendas dificultades, no se apoquinaron, sino que lucharon y
lograron dejarnos un mundo mejor. De modo que no estaría nada mal que además de
debatir y recordar a las diosas mitológicas también se enseñe la historia de las mujeres del ayer y del hoy,
de esa manera, quizás valoremos más lo
que poseemos. Sinceramente, da la impresión de que algunas mujeres, entre
tantos legajos, van perdiendo la perspectiva de la realidad social.
-No está de más, que vuelva a recordar que es cierto que también hay quienes se comprometen con las
mujeres menos afortunadas, que son unas grandes luchadoras por alcanzar el bienestar,
la cultura, la dignidad para todas. Pero lamentablemente, cuando hay alguien
que hace estas cosas, se convierte en noticia, ya que no es lo cotidiano.
-Cuando puse el titulo de LUCHA ENTRE SEXOS Y SESOS fue
pensando precisamente en que no siempre la pugna por alcanzar los derechos que
nos corresponden como ciudadanas, las tenemos que blandir en el campo masculino, sino también entre
nosotras mismas, porque nos topamos con algunas con el seso “confundido” por
una pesada educación de la que no saben
o en ocasiones no les interesa desprenderse.
-Podría seguir poniendo más ejemplos, pero seguro que todos sabemos, más que
suficiente, lo que se cuece entre algunos grupos, lo mismo femeninos que
masculinos.
-La gran tragedia de la mujer es el mundo machista, sin olvidar que
también el machismo se esconde entre el género femenino que ejerce la explotación
y los maltratos dentro de su mismo género.
-Para acabar con estas malas prácticas, tenemos que admitirlo de la misma
manera que lo hacemos con los malos actos de los hombres, pues es la única
forma de poder buscar la mejor terapia para erradicar el machismo venga de
donde venga, y tener en cuenta que la mujer machista no se ve tal, pues le ocurre
como a los hombres; los hay que dicen: Yo ayudo a mi mujer en las faenas de la
casa, le dejo libertad para que haga sus cosas e incluso de vez en cuando la
saco de paseo o a comer por ahí. Sí señor, les dejan libertad… ahí no es nada,
tal y como si fuesen sus dueños o ellas fuesen sus esclavas.
-Por otro lado ellas dicen: Me joroba el machismo, me defiendo con uñas y
dientes de esos impresentables. A mis hijos e hijas no les distingo a la hora
de educarles- y es cierto- pero luego su comportamiento no lo deja tan claro,
algo así como la persona que dice: me encanta la naturaleza, y luego prende
fuego a los montes. Cuando hablan de los hombres no encuentran nada bueno en
ellos, de continuo son reproches, que si son (…) todo los que les viene a la
boca. Pero luego sus actitudes, como ya he manifestado, no van acordes con sus
palabras.
-Denunciar esto no es ir contra nosotras, contra todas las mujeres, por el contrario,
es denunciar un hecho que con educación podemos ir cambiando. Es muy posible
que esas mujeres ni se den cuenta de su actitud ya que algunas critican lo que
hacen con ellas, porque también son víctimas del machismo.
-Aquí quiero hacer una precisión sobre lo que estoy hablando: Me permito
entrar en un campo que quizás resulte un tanto polémico si no se comprende bien
lo que quiero decir. Como persona sensible a los malos tratos psicológicos y
físicos que muchas mujeres están sufriendo suelo levantar la voz a favor de
ellas. Pues bien, pienso que si pedimos que los hombres apoyen nuestra causa,
ya que no creemos que todos sean participes
de las malas prácticas de los
acosadores y maltratadores, también nosotras tenemos que predicar con el
ejemplo y no perder de vista que entre las mujeres también las hay
maltratadoras, menos, pero las hay. Esas mujeres ensucian nuestra dignidad de
mujer, amén de que por su causa se pone en tela de juicio nuestra lucha por
alcanzar la plena igualdad ya que los hombres levantan la voz denunciando que
para ellos no hay justicia. Quizás digan esto con cierta parte de razón ya que
es sabido por todas nosotras, que en ocasiones, se dan circunstancias muy
penosas para algún hombre dado que la ley no les favorece, porque con razón no
siempre justa, por defender a la mujer de los malos tratos, del varón se pasa de largo. Sabemos que en alguna ocasión no son ellos los
causantes de los males, quizás por el hecho de que el maltrato femenino no sea
tan violento como el de los hombres, salvo en raras excepciones, y porque el machismo de ellos mismos no les permite
aceptar que están siendo maltratados, y desde esa postura machista no van a
denunciar su situación.
-Ahora bien, nosotras ante esta situación no debemos meter la cabeza debajo del ala, y
sí debemos denunciar esta situación, que por el hecho de no matar a sus parejas,
no dejan de ser violentas maltratadoras.
En este caso me refiero al maltrato psicológico.
-Creo que debemos apoyar a los hombres que se ven maltratados por sus
compañeras y exigir a la justicia que aquella mujer o aquel hombre que denuncie
malos tratos y se descubra que es así, se pongan medios para evitarlo, y si por
el contrario mienten o utilizan la
calumnia para desacreditar a su pareja con
falsas denuncias, se les debe castigar ya que
crean unos gastos, manipulan la
justica y produce malestar social, sobre
todo en las familias que son acusadas y acosadas por causa de esas malas
prácticas. El castigo ha de ser severo,
tan severo como el daño que causan.
-No podemos defender lo indefendible, ni nosotras ni ellos. Hay que ser
coherente y no exigir lo que nosotras no hacemos. Creo que es una manera de ser
fieles a nosotras mismas. No debemos aceptar que por el hecho de ser mujer se
defienda lo indefendible. No olvidemos
nunca que la maldad no es cuestión de género, sino de personas. Lo que diferencia
a los unos de las otras es la fuerza física, el poderío masculino y la dependencia económica de la mujer. Estas
razones son las que aprovechan los maltratadores sobre la mujer que ante estas
situaciones se ve indefensa, pero para el hombre la mayor indefensión son ellos
mismos ya que no se permiten denunciar porque su hombría, pues según su
parecer, quedaría en entredicho.
-Pese a este comentario, que espero que haya sido bien interpretado, lo que sí es cierto, es que para que la mujer
logre alcanzar la meta que se merece, debemos estar todas unidas, sin quiebras.
Si algo debemos aprender de los hombres es que a pesar de no ser todos iguales,
sí que todos están unidos para defender sus territorios.
-Quiero dejar muy claro que la mayoría de las mujeres estamos unidas. Pese a
nuestras diferencias sociales, las que se excluyen son las mínimas, y están en
su derecho de no contribuir a la causa; si viven bien y son felices, nada tengo
que objetar, salvo que en ese caso no zancadilleen a las demás.
-También he de decir que nadie nace aprendido, que todos y todas -voy a decirlo
en términos modernos-TENEMOS QUE
RECICLARNOS. La educación que hemos recibido en muchos casos es muy buena,
pero en el campo de la convivencia entre los dos géneros, no nos es válida. La mujer ya no está
dispuesta a vivir sumisamente, no está dispuesta a vivir privada de libertad, a
que nadie la mangonee, ni mucho menos, que su independencia sea concedida o
privada por su pareja.
-No me gustan los radicalismos en ningún campo, ni siquiera en el
feminismo. Cuando este se vuelve radical e intransigente, en total, es
negativo. Ser feminista es tratar de que los hombres y mujeres caminemos a la
par, sin sentirnos unos superiores a otros, conseguir que la mujer tenga los
mismos derechos sociales que ellos, e
incluso, mejor que todo eso, juntarnos todos para mejorar este mundo tan falto
de coherencia y amor.
Entristece cuando
se oye a algunas mujeres que están instaladas en el mundillo político, decir
que las feministas son FEMINACISTAS.
SIN COMENTARIOS. CREO QUE SE COMENTA POR
Sí SOLO.
-Y ANTE ESTA SITUACIÓN QUE SE DEBE
HACER, ¿SEGUIR INSTALADOS EN ESTA CULTURA QUE NOS HACE TANTO DAÑO TANTO A
MUJERS COMO A HAOMBRES O CAMBIAR DE CHIC?
YA FUIMOS CAMBIANDO POCO A PAOCO SINO
VEAMOS ESTE BREVE RECORRIDO POR LA
RECIENTE HISTORIA. PERO NO PODEMOS PARAR, HAY QUE SEGUIR EN LA BRECHA, PERO
PARA ELO DEVEMOS PREPARANOS LO MÁS POSIBLE.
Como resumen, voy a
hacer un pequeño recorrido por nuestra reciente historia, sólo como
recordatorio de dónde partimos, así podemos entender mejor lo que he tratado de
exponer. Las que somos de una cierta edad no será preciso que os lo recuerde, pero sí a
nuestras y nuestros jóvenes, ya que en ocasiones ni se creen las historias que
les contamos.
-Lo que todos sabemos es cómo hemos vivido durante muchos años en una
dictadura, una dictadura que además estaba muy impregnada de religiosidad. Esto
conllevaba un estilo de vida muy represivo.
También es cierto que la religión desde siempre fue muy tirana con la mujer,
pero cuando se junta con la política se hace dramático.
-La evolución de la mujer en estos últimos años casi se puede decir que
fue galopante. Antes he dicho que algunas mujeres, y quiero recalcar lo de algunas, que están instaladas en
determinados lugares, no se acordasen de las demás, y pese a ello, estas
mujeres, con sus avances, con sus estilos de vida, hicieron llegar al pueblo
llano sus progresos.
-Cuando las mujeres de alto poder adquisitivo salían de España, solían encontrarse fuera de lugar. En
Francia, que era el país más cercano y a donde acostumbraban a ir de vacaciones,
las modas eran totalmente distintas a la de aquí, no sólo en el vestir, sino
también en el comportamiento en sociedad. Estas señoras o señoritas, en un
principio se escandalizaban, pero pronto copiaban aquellos estilos de vida
porque les terminaba siendo muy atractivo, y francamente, cuando volvían a
España hacían visibles sus conocimientos cosmopolitas, pues parecía que les daba un toque de distinción entre sus
amigas, sobre todo en aquellas que no habían tenido la fortuna de cruzar los
pirineos. Las más atrevidas reproducían aquellos estilos de vida. No les era
muy fácil, pero pocas personas se atrevían a contradecirlas salvo a sus
espaldas que las ponían a caldo, pero algunas de sus amigas pese a sus críticas
también intentaban copiarlas.
-Luego, llegó el turismo, y ¡caray!, poco
a poco las damas más pudientes y atrevidas comenzaron a perder los falsos
pudores.
-VAMOS
A VER UNA ESCALA DESCENDENTE, ES DECIR, DE ARRIBA ABAJO.
-La reina se moderniza, la condesa le sigue a la zaga, para no ser menos la
marquesa entra en el juego, la señora del empresario, del banquero, del alcalde
no van a ser menos.
-Las doncellas de hogar copian las modas, el pueblo llano se impregna de
los nuevos hábitos, y para ayudarnos llegaron
las francesas, las suecas y las larguiruchas inglesas.
-Nuestras playas se llenaron de bikinis, las calles de pantaloncitos y minifaldas.
-Elvis
nos enamoraba con sus baladas y movimientos de caderas, que a los mayores les
causaban pavor, mientras que con sus trajes con flecos y con su brillante
guitarra nos provocaban, y los muchachos le copiaban su tupé y cazadora de
cuero.
-Los BEATLES, RollingStone hacían sonar sus estruendosos instrumentos.
Los grupos nacionales les copiaban. Triunfaban
los Brincos y los Mustan, Miguel Rios y
Juan y Yunior.
El Dúo Dinámico nos
deslumbraba con sus chalecos de pico, sus pantalones blancos, mucho más
inmaculados que las letras de sus descarados cantos donde nos recordaban que
quince años tenía su amor.
-Comenzamos a bailar el Tuis,
el Rock y la Yenka. El tango, los boleros y el pasodoble nos sonaban a añejos.
-Las parejitas perdiendo el recato se cogían de la mano, no se ocultaban de
los vecinos ni de sus padres y hermanos.
-Poco a poco se soltaron la melena, se cardaban el pelo, fumaban Chester, bebían
Coca-Cola y vino sin soda.
-Se quitaron la faja, la mantilla y el pañuelo, mientras el despistado de Manolo Escobar busca su carro perdido a la vez
que pretendía impedir a su novia ir a los toros con minifalda, pero llegó
tarde, ya casi estábamos en toples.
-Y llegaron los grandes temores de nuestros padres.
-La sociedad se escandalizaba del descaro de las jovencitas que ya no
seguían sus pautas.
-Los hombres se desconcertaban, empezaban a perder el poder de la
seducción, las muchachas más valientes no tenían reparo en ser ellas quienes
decidiesen romper la relación, o algo más sencillo, darles calabazas.
-Se comenzaba a discutir eso de entrar en casa a las diez.
-Ya no es suficiente que la mujer sólo
sepa leer, escribir y las cuatro reglas, ser pantalonera o bordadora y buena
cocinera. Las más afortunadas ya comenzaban a ser mecanógrafas, y con suerte
secretarias. Esto también se quedó pequeño. Así que las que no pudieron
alcanzar metas más altas decidieron que sus hijas no caminasen por sus mismos
senderos, y lucharon para que fuesen
libres económicamente, porque la economía propia no obliga a tener que resistir
todo lo que les echen por un plato de lentejas.
-Esto trajo consigo que los malos tratos en el hogar no se quedasen en
disputas o unas bofetadas, entonces salió la parte más fiera de los machistas y
llegaron muchos más asesinatos.
-El divorcio ayudó a que muchas parejas acabasen con una vida llena de
penurias, pero tampoco fue la panacea, aunque siempre es preferible a los
eternos sufrimientos de los malos tratos.
-Entre esto y muchas más cosas, nos fuimos liberando de tantos falsos pudores.
Pero nos faltaba lo más difícil por alcanzar. Dimos algún pasito, pero aún nos
queda mucho camino, ya que es más aparente que real lo conseguido. Mucho sobre
papel, pero poco en la realidad.
-Con todo mi cariño a todas las mujeres: las machistas, las que no se dan
cuenta de que actúan como tal, las que se olvidan que son hijas de unas madres
que lucharon para hacer de ellas unas mujeres libres e independientes. Para las
que están en la brecha tratando de que todas las mujeres logren alcanzar la
verdadera igualdad entre los distintos sexos y sesos.
Luisa Lestón Celorio.- Pravia,
9 de marzo de 2012.
Registrado
(Duración sin pausas 30 minutos)